miércoles, 14 de marzo de 2012

Relación de la poesía de Cernuda con la Generación del 27.

   Cernuda, al igual que los otros componentes de la Generación del 27, comparte la amplia formación intelectual, el rechazo de estilos de épocas anteriores, influjo del surrealismo (que se dejó notar, sobre todo, en la aparición de imágenes poco lógicas, sin aparente relación entre ellas), la utilización del verso libre frente la versificación tradicional y la preocupación social y política (que alcanzó mayor importancia en los años de la República y de la guerra Civil).


   A parte, Cernuda tiene un estilo propio en el que destaca la oposición entre realidad y deseo. Manifiesta una actitud contradictoria respecto de la realidad: la detesta y a la vez la ama. En ella, se encuentra la belleza perceptible que el poeta ha de fijar, porque es un mediador entre lo transitorio y lo inmutable y puede transmitir lo esencial, la idea de perfección y armonía, el conflicto entre placer y dolor, la soledad y su nostalgia a España. También destacan los símbolos e imágenes visionarias, los versos libres y las formas clásicas rígidas.
   Además aparecen otras constantes:
  • El amor: muchas veces, constituye una actitud de rebeldía frente las normas sociales. El amor que no puede concebirse sin erotismo, también dolor porque se acaba.
  • La soledad: la vida del individuo es una constante lucha contra la soledad, de la que sólo el amor puede salvarlo. Sin embargo, el amor siempre se acaba y sólo queda el recuerdo. El olvido vence  la pasión amorosa y deja un rastro de infelicidad y amargura.
  • El tiempo: el tiempo permite que las cosas duren. Sólo es posible captar lo permanente por medio de la fusión con el instante.
  • La naturaleza: se presenta como recuerdo o búsqueda, es el paraíso perdido y a la vez significa felicidad, belleza y perfección.
   A lo largo de su vida, Cernuda, tuvo a su lado personas que lo ayudaron a seguir con su obra, por otra parte, otras lo criticaban de forma negativa.
  En 1926 viaja a Madrid; colabora en La Verdad, Mediodía y Litoral, esta última la revista malagueña del matrimonio formado por Manuel Altoaguirre y Concha Méndez, a los que siempre les unirá una gran amistad, incluso en el exilio mexicano.
   En 1927 publica su primer libro lírico, pero es atacado por Juan Ramón Jiménez, quien considera a este libro demasiado influido por Jorge Guillén; esto no se lo perdonará nunca Luis Cernuda.
   En 1928 fallece su madre, visita a sus amigos malagueños (Altoaguirre, Prados, Méndez e Hinojosa); marcha a Madrid, donde conoce a Vicente Aleixandre. En noviembre Salinas le ayuda a conseguir un lectorado de español en la Universidad de Toulouse; viaja también a París, donde se aficiona al cine.
   En 1931 Federico García Lorca le presenta a un joven actor gallego llamado Serafín Fernández Ferro y Cernuda se enamora locamente de él; pero este sólo lo quiere por conveniencia cuando necesita dinero; este amor insatisfecho inspirará sus libros.
   En 1932, Gerardo Diego lo incluyo en su Antología y, concluída su relación con Serafín, Cernuda se involucra en el proyecto de las Misiones pedagógicas.
   En 1959, con motivo del fallecimiento de Manuel Altoaguirre, se ocupa de editar las Poesías completas de su amigo y empieza a mantener correspondecia con jóvenes poetas españoles.
   En 1960 expresa su admiración por su amigo Federico García Lorca y enjuicia con severidad la obra de Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas y Jorge Guillén.

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